domingo, 21 de junio de 2009

Vértigo

Los ecos.
Las constelaciones.
Los movimientos sutiles de las pequeñas cosas.

Tocar otros mundos.
Tocar este mundo.
Tocarlo todo.
Y no tocar nada.

Los susurros de las pequeñas cosas.
Lo que se mueve sin moverse.

Como que lo ves, como que no lo ves.
Y vuelta a empezar.

Los ecos te siguen a todas partes.
Buscas en tus rincones interiores.
Y ahí están.
Y fuera de ti.
Fuera.
Por eso los escuchas.
Por eso siempre están ahí.
Por eso te abrazan y te atemorizan por dentro.
Como cuando ves el abismo marino.

Sensación de vértigo.
Sensación de olvido.

Te extingues cuando ves el abismo.

Borras tu silueta.
Borras tu respiración.
Borras el silencio.
Porque ni siquiera el silencio puede oírte.

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