miércoles, 6 de enero de 2010

Los cuerpos remotos

-La soledad es un grado.
-Una clase de veneno.
-Invoca todos los delirios.
-Sí.
-Es grave.
-Desconcierta.
-Deja que interprete.
-No.
-Entender los códigos de la libertad.
-No mirar atrás.
-Escuchar la melodía secreta.
-Lejos, lejos.
-La palabra disuelta sobre los cuerpos remotos.
-Es tarde.
-Sí que lo es.
-Los cuerpos hablan sin palabras.
-Distinguen los estados.
-No somos lo que creemos.
-Se pierde con extrema facilidad.
-Nunca se acaba de entender eso de ser libre.
-Se pierde la voz.
-Quién sabe si algún día.
-Se pierde el sentido.
-Aquellos ojos verdes.
-Se pierde la luz.
-Reflejados en el río.
-Nadie me escucha.
-Los ojos perdidos.
-Ni una palabra.
-Porque no somos lo que pensamos.
-Siente, siente, amor.
-No.
-Llega la luz desde el límite de la comprensión.
-La luz oblicua, plana, multiforme, eterna.
-La luz que me dice: nunca volverás.
-La luz que no veo. Me he vuelto ciego.
-Siente el calor.
-Siento el frío.
-Siente el calor, el calor.
-Hay un lugar entre la melancolía y la conciencia que está en llamas.
-Sí. Préndelo todo. Y huye.
-Una fuga vendría bien.
-No pienses. Deja que las manos toquen solas el piano.
-Sí, escucho todo lo que no es.
-En tus manos, en tus manos está.
-Este calor tan erótico en ellas, esta energía, esta fuerza de pies a cabeza... es por el sonido.
-El sonido de tu imaginación.
-El sonido de la eternidad.
-El sonido de tu cuerpo envuelto en llamas.

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