jueves, 22 de abril de 2010

El caracol

Hay algo que me devuelve a la infancia cuando veo un caracol.
Solía fijarme en ellos en el jardín del colegio donde estudié.
Estaba situado en una antigua estación de tranvía.
Contaba también con una gran chimenea.
En ella se ocultaban los huesos calcinados de algunos hombres malos, decían.
Me daba mucho miedo.
Una vez, entre escombros y restos de cenizas, vi en un ladrillo de la chimenea, muy húmeda ya, un caracol.
Con mucho cuidado lo introduje en un bote de plástico transparente y me lo llevé a casa.
Le pregunté por aquel secreto, por aquellos hombres malos que fueron quemados vivos, por un fantasma que recordaba a los demás lo que allí había sucedido en otra época muy distinta a la mía.
El caracol tan solo se deslizaba por la mesa de mi habitación y me miraba.
Los fantasmas tampoco hablan, pensé.

1 comentario:

  1. "Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro."Franz kafka.
    Y yo añado..por qué no,en un caracol?
    Abrazos

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