domingo, 19 de septiembre de 2010

Tarde de playa y luna solar

Hoy la primera luz de la tarde gritaba con tanta fuerza que rompía todos los espejismos marinos.
Mientras veía el fondo del océano he pensado que es una pena que nuestro país o nuestro mundo esté dirigido por la demagogia de los políticos. Por las trampas de las palabras que acariciamos o que tememos.
Y que todos necesitamos del cosmos, de cada fuerza vital que respiramos. Es un debate estéril este de las naciones... Porque en mi mundo creo que no existen realmente. Y que todo pertenece al universo de los sentidos.
Por un momento, esta tarde me reconcilié con mi isla... Por un momento, pude hablar con ella sin palabras. Y saber que lo humano y lo eterno siempre caminan juntos.
Aunque esta isla no es mi isla, es cualquier isla del mundo. O cualquier océano del mundo... O cualquier respiración que desea ascender a la superficie de las cosas después de haber cruzado las profundidades eternas.

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