domingo, 19 de septiembre de 2010

Un mismo rostro

Hoy he respirado demasiada paz, de repente.
Hoy sigo pensando que mi patria es el mundo.
Lo único que puedo decir en estos momentos es que el ser humano esconde secretos más eternos que cualquier territorio. Que tú, ser humano, que tú, cualquiera, eres como yo. Y que no puedo olvidar que respiramos el mismo aire, que vemos el mismo sol y la misma luna. Que tal vez seamos una misma conciencia deshecha, un mismo rostro multiplicado y confuso.

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