viernes, 10 de septiembre de 2010

Un sí o un no

¿Por qué creemos que el amor debe ser un sí o un no? Un miserable sí o un miserable no. Y todo a la carta perdida del fin, que es en sí mismo amar, y que es olvidar también. Pero yo soy incapaz de olvidar. Lo soy. Hay un espacio que habita en mi corazón y que siempre está aturdido por los ecos del pasado y que ya no existen. Soy como un animal salvaje que galopa defendiendo su aturdida y efímera libertad, y cuyo jinete responde a un nombre demasiado antiguo ya: dolor.

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