domingo, 23 de enero de 2011

No lo entiendo

Cuando uno pone en escena una obra es porque se cree en ella... Se confía en ella. Se confía... No se falsea. Ni se añaden cosas innecesarias que no vienen a cuento. La verdad en el teatro comienza con la autenticidad en lo que se hace. Esta verdad no tiene nada que ver con el realismo, sino con las intenciones, con la forma de interpretar el espíritu de las ideas. Y esta voluntad no entiende de espectáculos, teatro de aficionados, show, ilusión, hobby... No. Teatro = Pasión absoluta. No exijo intentos, ni buena voluntad, sino ARTE. Hoy he vivido en el teatro una de las peores noches de mi vida. Y me he marchado antes de que acabara la obra. Una obra que he amado tanto como si la hubiera escrito yo. De qué sirve tanta pasión, tantas noches estudiándola, recuperándola, salvándola del olvido casi absoluto y de la maldición a la que fue sometida, defendiéndola ante un tribunal académico, editándola de la mejor manera que pude hacerlo, descubriendo sus secretos, desvelándolos al mundo... si a la hora de la verdad nadie entiende nada...

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