domingo, 27 de febrero de 2011

En memoria de Ezequiel Pérez Plasencia

Otro amigo que se va...
En estos días, la literatura, el periodismo de estas islas ha sufrido un duro golpe por la pérdida de Ezequiel.
Le conocí a finales de los años 90, en el periódico EL DÍA, de Tenerife. Yo llevaba una página literaria y él trabajaba en la plantilla del diario. Tuve una muy buena relación con él, sobre todo a lo largo de aquellos cuatro años en los que aparecía yo por el periódico cada semana y media. Recuerdo tantas buenas conversaciones, tantos intercambios de opiniones, de literatura, casi siempre. Luego, dejé la página y por estas cosas del destino, nos distanciamos, pero nuestra amistad siempre me pareció que se sostenía sobre una buena base. La sensación que siempre tuve con Ezequiel es que aunque estuviésemos lejos nos entendíamos bien. Ambos, creo, estábamos en ese territorio que está fuera de las cosas, que tal vez nos hacía ver ciertas circunstancias con algo de claridad y precisión. Algo que compartíamos siempre que nos veíamos. Una de las veces que vino a la isla procedente de Cartagena quise verlo, pero no pudo ser. Las obligaciones de la vida, no sé, van retrasando el encuentro... Me culpo por ello. Uno siempre piensa que las personas que aprecias siguen ahí. Y que te esperan, pero no. La vida no espera, el tiempo no espera.
Siempre admiré a Ezequiel. Siempre me pareció que tenía mucho talento para contar. Creo que su obra así lo demuestra. Y, sobre todo, una gran honestidad personal con su oficio.
Ezequiel, nunca te olvidaré... Descansa en paz, querido amigo.