martes, 10 de febrero de 2015

Gobernar

Lo verdaderamente difícil es gobernar para tod@s. Eso no lo ha logrado ningún gobierno de la democracia en España, hasta ahora. Ni nunca, en realidad. Me gustaría que se pudiera gobernar para tod@s y no generar divisiones irreconciliables que nos lleven a lo peor. Viendo lo que ha pasado hasta el momento, en nuestra historia reciente, yo creo que lo mejor es que los partidos no gobiernen con mayorías absolutas, con cheques en blanco para hacer y deshacer lo que les plazca. Porque, al final, quienes pagamos el pato somos los ciudadanos, tod@s. Si el poder queda más repartido, cada decisión necesitará ser consensuada, muy discutida y más meditada. Probablemente también habría que modificar alguna parte de la Ley Electoral para que, luego, se respetaran los porcentajes de gobierno un poco mejor, de tal manera que la distribución fuera más justa y fuera también un reflejo de la realidad plural de la sociedad civil. Porque muchas veces sucede que quien acaba gobernando no es quien ha sido elegido realmente por los ciudadanos. Es una gran paradoja, pero sucede con demasiada frecuencia. Así que... Hay mucho que mejorar ahí, entre otras cosas. Y pactos inamovibles que garanticen y protejan el desarrollo de los derechos sociales. Y si a ello añadimos una buena presión, una buena presencia social, una sólida y plural crítica con las decisiones políticas, creo que todo podrá ser mejor para los ciudadanos. Lo siento, pero no confío en ningún partido político. Confío más en la gente que veo día a día, cercana, sencilla, normal, que lucha sin descanso, pacíficamente y de forma anónima por un mundo mejor, sin pedir nada a cambio. El ejercicio de la política debería parecerse más a esto último, y no a una lucha sin escrúpulos por el poder (como en la práctica lo es), que olvida lo más esencial: las necesidades reales de la sociedad civil y del mundo en el que vivimos.

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